Esta semana comienzan las clases, las rutas en el autocar del cole y las prisas para no llegar tarde. Enseñar a nuestros hijos cómo deben viajar en el autobús no sólo es responsabilidad de los colegios; nosotros, como padres, debemos explicarles cómo comportarse antes, durante y después del viaje y cómo deben actuar en caso de accidente o incidente, porque sólo así podremos proteger la seguridad de nuestros “peques”.
A continuación os presentamos las normas de conducta social al viajar en el transporte escolar que deberíamos enseñar a nuestros hijos.
Primera norma: Esperar en la parada, en la acera, apartándose hacia atrás cuando se acerque el vehículo y no subir hasta que el autobús esté completamente parado.
Hay que llegar a tiempo a la parada y no correr para alcanzar el autobús, ni tampoco al salir. Debemos de esperar la señal del conductor antes de cruzar por delante del autocar.
Al cruzar dejar siempre, al menos, tres metros por delante del bus, sin agacharse ni caminar cerca de él, ya que hay muchas zonas de peligro que el conductor no ve bien (ángulos o puntos muertos).
Segunda norma: No subir hasta que el conductor haya abierto las puertas del todo. Al subir, mantener un orden, no saltar, no jugar y no dar empujones durante las bajadas y las subidas.
Tercera norma: Colocar la mochila entre las piernas o en los lugares habilitados para dejarlas; sentarse correctamente y ponerse el cinturón de seguridad.
Desde octubre de 2007, es obligatorio que todos los autocares nuevos lleven cinturón de seguridad para los viajeros. Un menor sin ningún sistema de retención multiplica por cinco la posibilidad de sufrir lesiones mortales.
Cuarta norma: No molestar al compañero de al lado; ni al de detrás, reclinando el respaldo sobre él; ni al de delante, hincándole la rodilla o dando con el pie a través del asiento.
Quinta norma: Dejar libre el pasillo para que el monitor o monitora pueda desplazarse por él cuando sea necesario y para facilitar que se acomoden los niños de otras paradas.
Sexta norma: No desabrocharse el cinturón durante el viaje y permanecer sentado, cada uno en su sitio, dentro del autobús.
Séptima norma: No gritar, ni alborotar, ni despistar al conductor. Hay que obedecer al monitor y al conductor cuando den instrucciones.
Octava norma: Hasta que el conductor no haya terminado de aparcar y el monitor indique que se puede bajar, hay que seguir sentado.
Novena norma: Permanecer todo el trayecto con las mascarillas bien puestas, sin bajárselas.
Es importante saber que los vehículos destinados al transporte escolar no rebasarán los 16 años de antigüedad, irán señalizados con el indicativo de transporte escolar tanto delante como detrás del autocar y tienen que disponer de plazas para personas con algún tipo de movilidad reducida o discapacidad.
El suelo del autobús no puede ser deslizante y los bordes de las escaleras deben tener colores vivos. Las puertas deben disponer de barras para facilitar la subida y la bajada.
Los asientos ubicados frente a huecos de escalera, o aquellos que no estén protegidos por el respaldo de otro, deben contar con un elemento fijo de protección. Si estos asientos van ocupados por niños de 5 a 11 años, los cinturones tendrán tres puntos de anclaje y dispondrán de cojines elevadores.
En la documentación deberá figurar que ha superado una inspección técnica anual si tiene menos de 5 años, y semestral si el vehículo es más antiguo.
El autocar tiene que disponer de dos seguros: uno obligatorio y otro complementario, que cubra la responsabilidad civil por daños y perjuicios, y por supuesto, contar con una autorización especial para el transporte escolar.
Hasta aquí el post de hoy. Leérselo a vuestros hijos y verificad que han comprendido bien todas las normas, porque ellos son, sin duda alguna, el producto más preciado que se puede transportar.
Feliz vuelta al cole.