Una forma de evitar malos hábitos al volante es que cuando aprendamos a conducir sigamos exclusivamente las recomendaciones de nuestro profesor en la autoescuela y no prestemos atención a malas costumbres, posturas o comportamientos de parientes o amigos cuando conducen.
Y una vez que ya conducimos con habitualidad, que la rutina no nos haga ‘olvidar’ las buenas prácticas que aprendimos entonces y adoptar malos hábitos que merman nuestra seguridad vial y la de los demás.
En este artículo recopilamos los malos hábitos al volante más frecuentes, para que intentéis evitarlos desde las primeras clases de conducir.
Una de las peores costumbres que podemos tomar es relajarnos y confiarnos de nuestra capacidad al volante. Bien porque conocemos la carretera “como la palma de nuestra mano”. Bien porque nos creemos capaces de conducir con una sola mano para poder hacer dos cosas a la vez.
Si no prestamos suficiente atención, no seremos conscientes de los posibles cambios en la señalización o cualquier otra variación.
Otro de los más habituales malos hábitos al volante es soltarlo y conducir con una mano, así como apoyar el codo en la ventanilla o dejar la mano ‘olvidada’ sobre el cambio de marchas -o aún peor, manejar el GPS, el móvil, fumar, maquillarnos, afeitarnos, leer o comer al volante. Es un mal hábito que debemos evitar porque además es sancionable.
Cuando conducimos, lo correcto es sujetar el volante con ambas manos sobre el mismo, en la posición de las 10:10 de las agujas del reloj. Además, con los brazos un poco flexionados y relajados sobre el volante tendremos capacidad total de maniobra, especialmente cuando sea necesaria una reacción rápida.
Nada de dejar apoyada la mano en la palanca de cambios mientras conducimos.
Levanta el pie del embrague, sólo apóyalo cuando sea imprescindible. Avanzar en ‘punto muerto’ implica la pérdida de tracción y de retención del freno motor, y puede ser peligroso ya que tenemos menos control sobre el vehículo. Además, provoca un mayor desgaste del sistema de frenado.
El pedal de embrague debe utilizarse de forma suave y progresiva. Es un error frecuente no pisar el pedal a fondo y soltarlo de forma brusca en los cambios de marcha, con la consiguiente incomodidad para los ocupantes.
Señaliza las maniobras. Los intermitentes están para usarlos: en los giros, los adelantamientos, al aparcar… Que no se te olvide.
Debemos evitar acostumbrarnos a conducir con una mala postura, medio tumbados, mientras cantamos o tarareamos una canción y nos movemos al compás de la música.
Tampoco debemos conducir demasiado pegados al volante.
Os recomendamos leer este artículo para aprender o corregir vuestra postura al conducir.
Otro comportamiento bastante frecuente de conductores “experimentados” e irrespetuosos, es bloquear los cruces e intersecciones en horas punta. Acelerar con el semáforo en ámbar para poder pasar sin calcular que se tiene suficiente espacio para cruzar al otro lado de la vía y bloquear al resto de conductores.
En vías interurbanas debemos circular normalmente por el carril de la derecha y utilizar el resto de carriles del mismo sentido sólo para adelantar. Algunos conductores tienen el mal hábito de circular de manera constante por el carril central o el izquierdo, lo que puede entorpecer y provocar situaciones de riesgo. O zigzaguear en vías congestionadas; este comportamiento puede provocar incomodidades, frenadas innecesarias e incluso alcances entre vehículo, provocando un riesgo para el resto de conductores.
Otro mal hábito que debemos evitar es la mala educación al volante: pitar desesperadamente para afanar a quienes van adelante en los cruces; insultar a un conductor por ir “demasiado” despacio; no mantener la distancia de seguridad; no facilitar a otros conductores la incorporación a una vía; no abandonar el carril izquierdo aunque tengamos el derecho libre… Recuerda que la educación y el respeto hacia el resto de conductores también se aprende en la autoescuela.