¿Hasta qué edad se puede conducir? ¿Qué riesgos suponen, para la seguridad vial, los conductores mayores? ¿Cuándo deberíamos dejar de conducir?
Aunque la experiencia es un grado, y no todas las personas somos iguales, el envejecimiento en los conductores afecta a funciones motoras, sensoriales y cognitivas. La rigidez de los músculos dificulta el tener que girar el cuerpo para ponerse el cinturón o girar el cuello para controlar los retrovisores. Los años cansan y hacen que nos fatiguemos más al volante. Nuestra capacidad de reacción se reduce y tardamos más en prevenir y reaccionar ante situaciones de riesgo.
El tiempo afecta también a nuestra capacidad visual y auditiva: podemos presentar dificultad para distinguir el color de los semáforos, falta de visión de noche, las luces nos deslumbran más, percibimos peor las distancias y aumenta nuestra fatiga visual.
Según datos del Observatorio Nacional de Seguridad Vial de la DGT, en España, el 28% de las víctimas mortales en accidentes de tráfico en carreteras interurbanas durante el año 2023 correspondían a personas mayores de 65 años. Ante esta alarmante estadística, la DGT ha decidido tomar medidas para asegurar que los conductores de este grupo etario mantengan las capacidades necesarias para conducir de forma segura.
En el Código de Circulación, ya derogado, se especificaba que las personas de entre 18 y 65 años podían solicitar un permiso de conducción.
Sin embargo, el artículo 13 de la actual Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial (LSV) dice que un conductor debe estar en todo momento en condiciones de controlar su vehículo, pero no especifica la edad límite para conducir.
En el Reglamento General de Conductores se especifica que los permisos de moto y coche (A1, A2, A y B) tienen una vigencia de 10 años hasta cumplir los 65 y de 5 años a partir de esa edad.
En el resto de permisos la vigencia es de 5 años, hasta los 65, y a partir de esa edad, cada 3.
Las revisiones médicas y los exámenes psicotécnicos deben ser más rigurosos a partir de los 65 años. Una de las principales novedades de la que os hablábamos antes, consiste en la introducción de pruebas médicas de mayor exigencia y rigurosidad para aquellos mayores de 65 años que deseen renovar su carné de conducir. Estas pruebas serán llevadas a cabo por médicos especializados, quienes evaluarán detenidamente la capacidad visual y otros aspectos relevantes para la conducción.
Si al comprobar las capacidades del conductor se evidencia que el titular, de alguno de los permisos, padece alguna enfermedad o deficiencia que perjudique al conducir y que sea susceptible de agravarse, el periodo de vigencia de los permisos de conducción se reduciría o se suspendería, ya no sólo por las discapacidades funcionales que podrían presentar al conducir, también por cómo les puede afectar ciertos medicamentos al conducir.
Para finalizar, no debemos olvidar que la vigencia del permiso de conducir está condicionada también a la posible pérdida de puntos.