Viajar en verano con los peques de la casa hasta el lugar elegido para pasar nuestras vacaciones estivales, puede hacerse muy pesado si no se planifica antes y se toman en cuenta una serie de pautas para conseguir que el viaje hasta nuestro destino sea lo más placentero posible. Por eso, esta semana queremos daros algunos consejos sobre seguridad para viajar con niños en coche; por un verano seguro y por la seguridad vial de todos.

Ya lo hemos dicho en más de una ocasión: Antes de emprender viaje debemos revisar  nuestro coche. Si nuestro vehículo está en perfectas condiciones es más probable que completemos el viaje sin incidencias: Podemos llevar el coche a un taller de confianza o revisar nosotros mismos la presión y el estado de los neumáticos, los niveles, los frenos, los retrovisores y el aire acondicionado (sin el cual, viajar en verano, puede ser una auténtica tortura) y si detectamos alguna anomalía, llevarlo al taller.

Es recomendable planificar el viaje con antelación, nada de viajes improvisados de última hora. Conocer la ruta a seguir y saber en qué sitios vamos a parar, para elegir aquellos que más se ajusten a las necesidades de viajar con niños. Por ejemplo, un lugar adecuado para cambiar a los bebés o un sitio en los que los niños puedan corren y jugar un rato mientras nosotros “estiramos las piernas”.

La Dirección General de Tráfico recomienda realizar paradas cada dos horas. Cuánto más pequeños sean nuestros hijos, más paradas tendremos que hacer, con el fin de evitar el aburrimiento, el calor y la monotonía. Si viajamos con un bebé, es recomendable planificar las paradas durante el trayecto para que coincidan con las tomas (horas de lactancia).

Si nuestros hijos no son muy pequeños podemos explicarles antes de empezar el viaje cuánto va a durar, por qué sitios vamos a pasar y dónde vamos a llegar; de esta forma se relajarán más y no estarán preguntándonos cada dos minutos si falta mucho para llegar.

Es recomendable realizar los viajes de madrugada o por la mañana,  y hasta una hora antes del atardecer, que es cuando más luz hay, para que al menos por unas horas, nuestros hijos viajen dormidos. Tratemos de evitar las horas centrales del día en los que el calor es más insoportable, entre las doce y las cuatro de la tarde.

Los niños siempre tienen que viajar con el Sistema de Retención Infantil adecuado a su peso y edad. Este incluye la sillita de bebé o la silla con respaldo o el alzador y también los cinturones y arneses que protegen a los más pequeños. Tenemos que vigilar que el cierre del anclaje es correcto, que no esté suelto ni tenga una pieza en mal estado que haga que se abra por el camino.

Los bebés deben viajar en su sillita hasta los 15 meses de edad, acoplada, si el modelo lo permite, en el sentido contrario de la marcha y en función de su peso:
Grupo 0 y 0+: Hasta 13 kilos (unos 18 meses). Se instalan en el sentido contrario a la marcha.
Grupo 1: De 9 a 18 kilos. La mayor parte se instala en el sentido de la marcha.
Grupo 2-3: De 15 a 36 kilos. Se instalan en el sentido de la marcha.

Los niños que no superen los 1,35 metros de altura no podrán ir sentados en el asiento delantero del copiloto.

Los niños deben viajar cómodos con ropa fresquita que no les apriete. Podemos tener a mano chaquetas o toquillas por si se quedan dormidos echárselas por encima, sin que interfieran en los sistemas de retención.

El equipaje, bien colocado, viaja en el maletero. Si tenemos que llevar equipaje de mano, éste debe viajar en la guantera, bajo los asientos o bajo los pies de los niños.

Todo lo que deseemos llevar a mano tiene que ser fácilmente localizable y lo que no esté a mano pero que de repente necesitemos sea fácil de sacar del maletero cuando paremos a descansar (por ejemplo, un pequeño botiquín fácil de localizar, por lo que pueda pasar…)

No es recomendable picotear durante el viaje, ya que nos hace perder la concentración al volante. Para los niños, es mejor llevar botellas de agua fresca con tapones “antigoteo”  y parar para comer tranquilamente en un lugar seguro o una zona de recreo.

Por último, entretener al niño. Un niño entretenido dará menos “guerra”: Su juguete favorito, los juegos sobre preguntas sobre lo que espera encontrar en nuestro destino o las cosas que espera hacer; canciones infantiles para cantar en el coche; consolas portátiles; películas… Son buenas opciones para mantenerlo entretenido cuando no esté durmiendo y sobre todo, en el tramo final del viaje que es cuando más acusa el cansancio.

Antes de despedirnos esta semana, quisiéramos incidir en el efecto invernadero que generan los coches. Aunque sea por poco tiempo, cuando paremos, no debemos dejar nunca solos a nuestros hijos en nuestro vehículo porque estén dormidos y menos aún si está al sol. No debemos dejarles las llaves para ir a jugar al coche, pues podrían quedarse encerrados dentro, y deben aprender que el coche es un vehículo de transporte no un juguete, ni una zona en la que jugar.

Eso es todo, con estos consejos esperamos que el viaje se te haga más corto y agradable. ¡Feliz viaje!