Termina mayo y empieza junio con lluvias torrenciales que han provocado inundaciones y granizo en Cerceda y en otros municipios de Madrid. La DANA ha causado estragos en la capital, cortes de tráfico, varias líneas de Metro dejaron de funcionar…  Se prevé que la semana que viene venga otra.

Pero ¿Qué hacer ante una riada? La DGT nos lo contaron en sus redes y hoy lo compartimos con todos vosotros/as.

Ten en cuenta que una lluvia torrencial convierte un cauce habitualmente seco en un turbulento torrente de agua que anega la calzada.
Lo primero es valorar la situación, no intentar atravesar la corriente de agua y evitar toda exposición al riesgo.
El agua puede haber socavado el fondo, haciéndolo más profundo.
Avisa a emergencias, llama al 112 si encuentras la carretera anegada o te ves en apuros.
Da la vuelta e intenta buscar un camino alternativo.
Cuando sube el nivel del agua el coche puede ser arrastrado dependiendo del peso del coche, de la velocidad de la corriente, la altura de los bajos del coche, la profundidad del cauce y la inclinación del terreno.
Con el agua a mitad de la rueda, las ruedas motrices pierden adherencia y costará dirigir el vehículo.
Con el agua más arriba, el coche será arrastrado sin control.
En ese caso, quítate el cinturón de seguridad e intenta mantener la calma.
Siempre que sea posible, intenta salir por la ventanilla. Si no puedes bajarla, rómpela con un objeto punzante.
Si no puedes salir por la ventana, sal por la puerta. Ábrela a favor de la corriente.
Una vez fuera del vehículo, sube al techo para hacerte más visible y accesible para los equipos de rescate.

Aprovechamos para recordaros también qué hacer si os sorprende una tormenta:

• Sigue atentamente todas las señales y aumenta la distancia de seguridad, procura que sea más de tres segundos con el vehículo que va delante.
• Comprueba siempre la presión de los neumáticos (si sustituimos sólo dos, los instalaremos en el eje trasero). Deben tener la presión adecuada. Recuerda que los neumáticos con menos presión tienen menos agarre, y en caso de lluvia,  aumentan la posibilidad de deriva (movimientos transversales del vehículo) y de aquaplanning, porque el neumático no es capaz de evacuar el agua que se acumula frente al él al girar.
  Los neumáticos deben evacuar entre 5 y 10 litros de agua por segundo, más o menos, así que cuando no son capaces de hacerlo, el agua se sitúa bajo el neumático elevándolo y aumentando las posibilidades de que se pierda el control del coche.
• En caso de aquaplanning, debes dejar de acelerar y no mover el volante (siempre y cuando no haya pérdida de la trayectoria inicial). Tampoco frenes bruscamente para no desplazar el punto de aplicación del peso hacia delante ya que aumentarías la probabilidad de sobreviraje. Si estás en una situación, en la que no puedes evitarlo y se produce ese sobreviraje, mantén la calma y reduce la velocidad para que le dé tiempo al neumático a canalizar el exceso de agua hacia los lados del neumático.
• Bajo situaciones de tormenta, es cuando más se aprecia la necesidad de que los neumáticos tengan una profundidad de dibujo adecuada. El mínimo es de 1,6 mm en las ranuras de la banda de rodadura; no obstante, con lluvia intensa, con 2 mm de profundidad, un turismo medio puede sufrir aquaplaning a velocidades en torno a 60 – 70 km/h.
• No lleves ropa de abrigo al conducir, pero tampoco lo hagas con calzado plano tipo chancla y a cuerpo. Mejor ve con ropa cómoda y con un calzado que te permita controlar los pedales del vehículo con seguridad.
• No bebas nada de alcohol, ni en pequeñas cantidades. Es necesario hidratarse, más en verano con altas temperaturas, pero siempre que sea con agua o algún refresco.
• Encender la luz de carretera no es muy recomendable, aunque es obligatoria en vías interurbanas, insuficientemente iluminadas cuando circulemos a más de 40km/h (y no deslumbremos).
• Mantén las escobillas limpiaparabrisas en buen estado. Comprueba antes de salir que no se hayan estropeado con el salitre, la arena, polvo y hojas en suspensión o el sol.
• Utiliza los aireadores dirigidos hacia el parabrisas para evitar que se empañen.
• Frena de vez en cuando para originar fricción y mantener secos los frenos.
• Si estas en vías urbanas o en una retención, no mantengas encendido el antiniebla trasero, es muy deslumbrante y puedes impedir la visión del conductor que te sigue.
• Si estás conduciendo bajo una tormenta eléctrica, mantén la calma dentro del vehículo. Es el lugar más seguro donde puedes estar; eso sí, apaga la radio, cierra las ventanillas y espera un poco antes de salir del vehículo, si tienes que hacerlo. Ten en cuenta que si conduces en un núcleo urbano, la probabilidad de que te alcance un rayo es prácticamente nula, por no decir imposible. En vías fuera de poblado, esa probabilidad se eleva, por lo que debes buscar un lugar seguro donde estacionar tu vehículo, de tal forma que tu vehículo no quede expuesto en el camino de los rayos como el punto más alto. Busca edificios más altos que la altura de tu vehículo o que posean pararrayos.