Si conduces bebido, olvídate del seguro, este fue el lema de la campaña de Automovilistas Europeos Asociados en 2004 que pretendía concienciar sobre las consecuencias económicas derivadas de conducir bajo la influencia del alcohol.
Han pasado 20 años y aún muchos conductores no son conscientes de que si se produce un atropello y el conductor da positivo en alcohol, en drogas o en estupefacientes la indemnización (de 300.000 euros o más, en función de las lesiones ocasionadas) se la dará la compañía a la víctima, pero luego se lo va a reclamar al conductor, y puede alcanzar al propietario del vehículo o al asegurado.
Esa responsabilidad civil no se extingue, ni siquiera en caso de fallecimiento del conductor en el siniestro, sino que se transmite a los herederos. ¿No es para pensárselo dos veces? ¿Pero hasta qué punto pueden ser responsables el propietario del vehículo o el asegurado si no han tenido una implicación o relación con el siniestro?
Este derecho de repetición, que es como se llama, no sólo afectará al alcohol. En esa búsqueda de concienciación por evitar distracciones al volante, se está planteando modificar la Ley del Contrato de Seguro en la que se incluya también la utilización del teléfono móvil. De forma que en caso de accidente si se está utilizando manualmente el móvil, la compañía aseguradora también podría tener derecho a repetir contra el conductor y que éste pague las indemnizaciones.
Con la misma orientación de aumentar la responsabilidad de los conductores y evitar el incumplimiento de medidas fundamentales para la seguridad vial, UNESPA propone incluir una nueva causa de repetición contra el propietario del vehículo causante y el asegurado, cuando los daños sean consecuencia del estado de seguridad del vehículo por un incumplimiento de las obligaciones legales de llevar a cabo las inspecciones técnicas correspondientes (ITV). Según los datos de la Dirección General de Tráfico, en 2023, 88 personas, el 8% de las personas fallecidas en ese año circulaban con la ITV caducada.
El objetivo de todas estas propuestas es conseguir conductores más responsables y conscientes de la ruina emocional, física, social y económica, que pueden provocar las conductas incívicas al volante. ¿Qué opináis de todo esto?
Más info en la revista de la DGT.