Aunque suframos un mal día; tengamos prisa y haya atasco, o nos crispen otros conductores, procura no perder la compostura y la buena educación al volante. El mal humor, la agresividad y algunos comportamientos irrespetuosos, como los que presentamos a continuación, pueden ocasionar accidentes.

Hay conductores para los que su “hueco” es su “hueco” y no permiten que nadie se lo quite.
¿A quién no le ha pasado alguna vez de ir por ciudad o carretera y tener que girar, y el coche de al lado no te ha dejado cambiar de carril para poder realizar la maniobra?
Esa actitud, digamos… “egoísta”, de quien no permite que nadie ocupe su espacio, puede ocasionar percances en la carretera.

Pero tampoco debemos tener la caradura que tienen algunos conductores, que circulan por vías de servicio como la de la M607, a la altura de Cerceda, para adelantar por la derecha a los coches que se encuentran parados por la circulación densa de la rotonda, e incorporarse a capón, evitando el atasco.

En la carretera, si no quieres correr, procura facilitar el adelantamiento. No hagas, lo que hacen algunos conductores de pisar el acelerador justo cuando les van a adelantar. Este comportamiento intolerante genera peligrosidad y puede causar colisiones.

Tan peligroso e intransigente como este último, puede ser el acelerar “quemando rueda” en una calle o aparcamiento para ponerse el primero para aparcar.

No aparques invadiendo la acera. No debes entorpecer el camino de los peatones.

También es de mala educación meter prisa a un coche que pensamos que está tardando demasiado en aparcar o de salir de un sitio. Puede que no sea un conductor muy experto y si le ponemos nervioso con nuestras prisas, es probable que tenga un accidente durante el trayecto.

Otro tema: Pon los intermitentes para cambiar de carril o hacer un giro, pero ponlos correctamente y no se te olvide quitarlos, porque no hay nada que nos genere más incertidumbre que ir por una carretera y encontrarte con un coche con un intermitente encendido todo el rato. No sabemos si se va a incorporar a nuestro carril o si va a salir de una vía o rotonda.
Este mal uso de los intermitentes, puede llegar a paralizar el tráfico, sobre todo, en las glorietas.

Y por último, no pares en doble fila salvo urgencia extrema. Busca un sitio seguro en el que no entorpezcas la circulación, porque aparcar invadiendo un carril es una de las acciones que más afecta al tráfico urbano y es motivo bastante frecuente de colisión al intentar salvar el coche parado inadecuadamente.

Recuerda que, si tienes un mal día, procura controlar tu impulsividad al volante. Ármate de paciencia, respirando profundo y hazte de responsable de tus actos.