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Ya está aquí la primavera y con ella las alergias y los antihistamínicos. Somnolencia, visión borrosa, pérdida de atención, zumbidos… son sólo algunos de los efectos secundarios de la ingesta de estos medicamentos.

Esta semana Ponle Freno de Atresmedia ha iniciado una nueva compaña para sensibilizar sobre los efectos de algunos fármacos en la conducción. Desde PitLane queremos apoyar esta iniciativa, por lo que en el artículo de esta semana en nuestra web os contamos: ¿Qué medicamentos pueden alterar la capacidad de los conductores? ¿Cómo podemos prevenir riesgos? Y os damos algunas recomendaciones para hacer más segura vuestra conducción durante el tratamiento.

Según varios estudios el 25% de los medicamentos alteran la capacidad de los conductores y un 5% de los accidentes se deben a las reacciones incorrectas del conductor originadas por algún fármaco.

Si tenemos que conducir a diario para ir a trabajar o porque seamos conductores o transportistas profesionales, debemos avisar al médico para que nos prescriba algún fármaco que deteriore lo menos posible nuestras capacidades. No todos los medicamentos influyen igual en la misma persona, por lo que es complicado establecer la relación entre la dosis administrada y el grado de disminución de la capacidad de conducción.

La reacción del organismo a los medicamentos suele ser mayor durante los primeros días del tratamiento, por lo que si es necesario debemos evitar coger el coche durante ese período para prevenir cualquier riesgo. Después es recomendable averiguar cómo reacciona nuestro organismo ante la medicación cuando nos sentamos al volante. En tramos cortos, y preferiblemente acompañados, debemos observar nuestros reflejos, nuestra capacidad de concentración, si nos cuesta ponernos cómodos al volante y si nos adormilamos.

pastillasDe todos los medicamentos los psicofármacos (tranquilizantes, relajantes y estimulantes) son los más peligrosos al volante. Otros como los colirios y las pomadas para los ojos pueden alterar nuestra visión. Los antihistamínicos y los anticatarrales pueden disminuir nuestros reflejos, por su efecto sedante.

A continuación vamos a enumerar qué fármacos debes evitar si tienes que conducir:

  • Ansiolíticos: Psicofármacos con benzodiacepinas. Disminuyen los reflejos, nuestro estado de alerta y alteran la coordinación psicomotriz. Debemos evitarlos sobre todo durante las primeras horas del día.
  • Antidepresivos: Cuidado con los tricíclicos, como la imipramina; sobre todo, si se suprime bruscamente el tratamiento, puede provocarnos náuseas, diarrea, sudor, dolor de cabeza y abdomen, irritabilidad y ansiedad y afectarnos negativamente al volante.
  • Antihistamínicos: Tanto los clásicos (clemastina,  difenhidramina, clorfenamina, dexclorfeniramina, alimemazina…) como los de segunda generación (azelastina, cetirizina, ebastina, fexofenadina, loratadina, mizolastina, terfenadina…) tienen una acción anticolinérgica y provocar alteraciones del conocimiento y somnolencia en mayor o menor medida. Sólo la mequitazina, tomada en la dosis recomendada, no tiene acción sedante y anticolinérgica.
  • Los antitusivos, para la tos, con codeína y el dextrometorfano pueden acarrear confusión mental, excitación nerviosa, somnolencia y vértigo.
  • Los antibióticos tampoco son recomendables, algunos producen nerviosismo y dolor de cabeza.
  • Los preparados oftamológicos pueden precisar varias horas hasta normalizar la visión y permitirnos conducir.
    Los triptanes para las migráneas producen mareos y sueño.
  • Los analgésicos opiáceos son narcóticos que no sólo producen somnolencia, también vértigo, además de disminuir nuestra atención.
  • Los antianginosos, relacionados con la angina de pecho, pueden provocar mareos y dolor de cabeza, incluso algunos, taquicardia e hipertensión, por lo que se desaconseja conducir sobre todo al principio del tratamiento.
  • Otros fármacos que pueden producir alteraciones frente al volante son: Antihipertensivos, antiarrítmicos, antiepilépticos, anestésicos, antidiabéticos, antiespasmósdicos, antiparkinsonianos, antituberculosos, antivertiginosos, inhibidores de la lactancia y algunos estimulantes del apetito. También hay que tener precaución con los medicamentos para el insomnio.

En resumen, evita conducir al inicio de cualquier tratamiento que pueda reducir tus reflejos o tu capacidad visual o cuando tengas que modificar la dosis a tomar, porque es cuando el organismo más reacciona a los fármacos. Nunca mezcles medicamentos con alcohol o con drogas. Si no te queda más remedio que conducir coméntaselo al médico para que te recete el que menos efectos secundarios genere.

Disfrutad del fin de semana.

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