Para terminar septiembre, el mes de adaptación al cole, el artículo de esta semana lo dedicamos a cómo enseñar educación vial a nuestros hijos; porque si reciben este tipo de formación en sus primeros años de vida, estarán más concienciados, como ciudadanos, en el respeto a las normas y en el correcto comportamiento vial.
La educación vial es un proceso de aprendizaje basado en la enseñanza de prácticas y hábitos que regulan nuestro comportamiento al transitar por una vía pública, con el fin de evitar posibles accidentes.
La educación vial conciencia socialmente en los comportamientos viales que fomentan el respeto, la responsabilidad y la tolerancia en la vía pública. Por ejemplo, debemos enseñarles que no deben detenerse o correr por las aceras dificultando el paso a los demás peatones, o educarles en la solidaridad ayudando a cruzar la calle a personas mayores o con movilidad reducida que lo necesiten.
Los más pequeños, hasta los 6 o 7 años no son autónomos y sus desplazamientos ya sean a pie, en bici, en coche o en autobús tienen que ser supervisados por un adulto.
Los niños, sobre todo en edades tempranas, suelen imitar el comportamiento de sus padres, por eso hay que enseñar con el ejemplo. Si les decimos que hay que cruzar siempre por los pasos para peatones y nosotros no lo hacemos, ellos no lo harán. Si les decimos que sólo se cruza por el semáforo cuando el “muñequito” está en verde y luego pasamos corriendo cuando aún está rojo, cómo podemos esperar que ellos lo hagan.
Si queremos que nuestros hijos sean futuros conductores prudentes, debemos empezar por serlo nosotros. Tenemos que respetar las normas de circulación, los límites de velocidad y no utilizar el móvil mientras conducimos.
Cuando son pequeños deben viajar siempre con su sistema de retención infantil acorde a su edad y nosotros debemos abrocharnos el cinturón de seguridad. Cuando son más mayores, debemos insistir en que se lo abrochen porque hasta que no se lo pongan no arrancamos el motor del coche. Que si tenemos un accidente y no llevan puesto el cinturón de seguridad o no están sentados correctamente en su sillita pueden morir o quedar inválidos.
Una forma de enseñarles cuando son pequeños es mediante el juego, representando situaciones, por ejemplo: En casa, podéis simular que vosotros sois los conductores de un vehículo y ellos los peatones que tienen que cruzar la calle. Les podéis ofrecer varias alternativas sobre cómo lo harían hasta que escojan la correcta. Y luego intercambiar los papeles.
Podemos jugar con ellos “al semáforo”, explicándoles las diferentes connotaciones que tienen el verde, el rojo y el amarillo en las señalizaciones. De esta forma, el niño no rechazará el momento de aprender educación vial.
Cuando son un poco más mayores, podemos encontrar en Internet algunos materiales, como dibujos para imprimir, pintar y recortar con los diferentes elementos de la circulación que ellos deben ubicar en los lugares correctos. Colorear rutas o semáforos para que puedan pasar los peatones mientras los coches esperan y al revés, según les vayamos indicando.
La Dirección General de Tráfico tiene también en Internet un espacio con recursos para el aprendizaje de la educación vial, que se pueden utilizar tanto en los colegios como en casa, y que ayudan tanto a los padres como a los profesores en la intervención y práctica educativa con los más pequeños.
Y hasta aquí nuestras recomendaciones. Si tenéis algún otro consejo para enseñar educación vial a nuestros hijos que queráis compartir con nosotros, estaremos encantados de recibirlos.
Feliz fin de semana.