Al conducir por una vía, por norma general, debemos circular por el carril de la derecha y lo más cerca posible del borde de la calzada, sobre todo en cambios de rasante de visibilidad reducida y en curvas. Pero ¿cuándo, cómo y por qué podemos utilizar otros carriles de forma un tanto atípica para conseguir mayor fluidez en la circulación?… A continuación os lo contamos.
En vías de fuera de un poblado con más de un carril en ambos sentidos, es obligatorio utilizar el lado derecho de la calzada, aunque podemos usar el resto de carriles de nuestro sentido, cuando las circunstancias del tráfico nos lo aconsejen. Excepto si conducimos un camión, furgón o vehículo especial de más de 3.500 kg o un conjunto de vehículos de más de 7 metros de longitud (como un automóvil que arrastre una caravana o un remolque).
Dentro de poblado, en vías con más de un carril en el mismo sentido y delimitado por marcas viales, cualquier vehículo puede circular por el carril que más le convenga según la dirección que tenga que tomar para llegar a su destino.
En una calzada podemos encontrarnos con diferentes tipos de carriles:
Los carriles de utilización en función de la velocidad a la que podamos circular, como los de tráfico lento. Este tipo de carriles podemos encontrarlos en tramos de vías interurbanas, con pendientes ascendentes pronunciadas y por él deben circular los vehículos que no alcancen la velocidad establecida para esa carretera y los que sí la alcancen, cuando en ellos exista fluidez de tráfico.
Los carriles reservados a determinados tipos de vehículos: Como los carriles reservados para autobuses y taxis (Carril BUS). Suelen estar delimitados por marcas longitudinales algo más anchas que las normales y sólo podremos invadirlos al girar o abandonar la vía principal.
Los carriles para vehículos de alta ocupación (Carril VAO): Estos carriles habilitados en horas punta en las entradas de grandes ciudades; pueden utilizarlos turismos, motocicletas y vehículos mixtos de hasta 3.500 kg pero con un número mínimo de pasajeros (el número se indica en paneles antes de entrar).
Carriles bici, señalizados con la señal R-407 a), obliga a los ciclistas a conducir por esas vías y prohíbe al resto de conductores utilizarlas.
Carriles para ciclomotores, señalizadas con la señal R-407 b).
Los carriles reservados para determinados tipos de maniobras, como por ejemplo los carriles de aceleración, que nos permiten adecuar la velocidad al incorporarnos a la de los vehículos y, los carriles de deceleración, que nos permite adecuar la velocidad al salir de una vía principal a otra de velocidad inferior.
Los carriles reversibles regulados con semáforos cuadrados de carril y delimitados por marcas longitudinales dobles discontinuas. Al utilizarlos debemos encender al menos, el alumbrado de corto alcance (cruce).
En algunas ocasiones, por obras o para dar más fluidez al tráfico, en vías con más de una calzada en autopistas y autovías, se habilitan mediante conos o balizas, carriles adicionales, cambiados en sentido contrario al habitual. Los vehículos que circulen por ellos deben llevar encendidas las luces de cruce y circular a una velocidad entre 60 km/h y 80 km/h.
Y para finalizar el tema de hoy: Los arcenes. Por norma general está prohibido circular por el arcén, sin embargo, es obligatorio para los conductores de los vehículos de tracción animal; vehículos con masa máxima autorizada no superior a 3500 kilogramos; ciclos; ciclomotores; vehículos en seguimiento de ciclistas; vehículos para personas de movilidad reducida y los conductores de vehículos cuya masa máxima autorizada no exceda de 3.500 kg, por razones de emergencia para que no entorpezcan la circulación.