En estas fiestas, con tanta comida, cena y celebración la Dirección General de Tráfico está incrementando el número de controles, no sólo de drogas o alcohol, también de velocidad. Por vuestra seguridad y la de los demás, no nos cansaremos de repetir que para evitar multas por exceso de velocidad nunca se debe circular a más velocidad de la permitida. Aún así, el artículo de esta semana lo queremos dedicar a los radares, para estar prevenidos y disuadiros de la tentación de correr.
Lo primero y muy importante, nunca utilicéis inhibidores ni detectores de velocidad, están prohibidos. Es mejor y más rentable levantar el pie del acelerador.
No siempre los radares tienen por qué estar señalizados, sólo es obligatorio que estén indicados los que graban de forma continuada el tráfico; los radares que actúan en el momento que detectan un exceso de velocidad no tienen por qué.
Los radares Velolaser son tan pequeños que apenas podemos percibirlos al pasar. Podemos encontrarlos adosados, mediante imanes, a un lateral de los vehículos de patrulla, ya sean oficiales o los vehículos de cuatro ruedas, aparentemente normales, utilizados por la Guardia Civil como radares móviles destinados específicamente a la vigilancia de la velocidad; o sobre un pequeño trípode, situados en el arcén, o también, en la cara externa de los quitamiedos laterales, de forma que quedan ocultos a la vista.
Si en una vía encontramos una señal naranja con el icono del radar debemos ser conscientes de la posible presencia de un radar móvil. Aunque la ubicación exacta del radar no suele mantenerse por mucho tiempo.
En las carreteras convencionales los radares móviles suelen situarse en arcenes o cunetas adyacentes a la carretera controlada, en las incorporaciones después de puentes, tras los quitamiedos o entre ambos sentidos de la marcha si hay un lugar seguro donde detenerse.
Los radares móviles son prácticamente indetectables. Son modelos de coches normales, ahora también hay camiones, sin ningún distintivo exterior que llame la atención al menos a primera vista.
Y no nos olvidemos de los Pegasus, helicópteros punteros con radares Pegasus incorporados que vigilan desde el cielo. Funcionan mediante cámaras con giroestabilizadores para corregir las vibraciones del helicóptero, que sigue a cada vehículo captando su velocidad, mientras que la cámara con teleobjetivo lee la matrícula.
Pero si los helicópteros son difíciles de localizar por los conductores, los drones-radar, operativos a partir del año que viene, serán prácticamente indetectables debido a su reducido tamaño. Miden 19,8 cm de largo y 8,3 cm de alto. Están equipados con una cámara de 12,7 megapíxeles, que permite obtener imágenes de gran calidad.
Desde autoescuela Pit Lane en El Boalo, esperamos que se os hayan pasado las ganas de correr y recordad: no es por la multa, es por la seguridad vial de todos los usuarios.