Ahora ya sí que sí, parece que por fin ha llegado el invierno para quedarse. Y continuando con el tema de las dos últimas semanas, hoy os daremos unas recomendaciones sobre cómo conducir tu moto con niebla y con nieve. Esperamos que os sean de utilidad; aunque si puedes evitarlo, deja la moto en casa cuando haya nevado y utiliza el transporte público.
Cuando hace frío y humedad en el ambiente, sobre todo por la mañana o una vez que la noche ha caído, es muy probable que encontremos bancos de niebla en la carretera, que moja el pavimento y puede hacer que nuestra moto patine. Si vemos que existe posibilidad de niebla, antes de emprender la marcha es recomendable aplicar en nuestro casco un sistema anti-vaho, como el “pin-lock” (os hablamos la semana pasada de él) que nos ayuda a mantener la visibilidad, evitando que se empañe la pantalla fácilmente.
Cuando la niebla no es muy espesa podemos tener una visibilidad entorno a los 200 metros o algo más; pero si la nieve es espesa, la visibilidad se reduce a menos de 200 metros. Esto hace que sea más complicado darse cuenta si hay otro vehículo en la carretera o si se produce algún frenazo. Así que, lo primero que tenemos que hacer, es reducir la velocidad, para adaptarnos a las condiciones climatológicas y después encender las luces antiniebla, que nos pueden ayudar a ver mejor en estas condiciones adversas. Nunca poner las luces largas ya que se reflejan en la niebla y en lugar de ayudarnos a ver, nos impiden ver correctamente la vía.
Intenta no frenar bruscamente, la niebla son gotitas de agua de las nubes que a bajas temperaturas se pueden congelar y puede hacer que nuestra moto patine y caigamos al asfalto.
Procura permanecer en el carril en el que circulas. Puede que otros conductores no se den cuenta de que te desplazas y choquen contigo.
Intenta utilizar las marcas viales como guías cuando se trate de una niebla muy espesa, y por supuesto, si crees que tu seguridad está en peligro, no dudes en detenerte en un lugar seguro como un área de descanso hasta que la niebla se disperse.
Si conducimos con nieve, aún puede ser más peligroso. Las gomas de los neumáticos no suelen estar adaptadas para circular por la nieve, con el frío no se calentarán y el agarre será prácticamente nulo. Existen cadenas para motos, aunque sólo se pueden utilizar cuando todo nuestro recorrido esté nevado.
Lo que podemos hacer para aumentar la huella de contacto en la nieve es reducir la presión de los neumáticos y bajar la precarga de las suspensiones, para lograr una respuesta más suave de nuestra moto en caso de que necesitemos hacer alguna maniobra.
Nunca frenar bruscamente, es mejor cortar gas y tocar ligeramente el freno trasero para frenar después de forma progresiva con el delantero.
Para arrancar, es mejor hacerlo en segunda, y para circular, mejor marchas largas.
Cuanto más suave sea nuestra conducción, menos sobresaltos tendremos. Un cambio brusco de dirección es más probable que desemboque en un resbalón.
Al tomar una curva nada de tumbarse, hay que mantenerse en vertical lo máximo posible para no derrapar y para poder darnos cuenta si la nieve esté helada en medio o al final de la curva. Si vemos que puede haber placas de hielo debemos evitarlas, pero si aún así nos encontramos encima de una, es mejor no corregir la marcha y dejar ir la moto hasta haberla pasado.
Aunque los servicios de mantenimiento de la vía echen sal sobre el asfalto para evitar que se formen placas de hielo, es preferible seguir las rodadas de los coches para guiar con facilidad la moto. Después de haber pasado por una zona con sal, tenemos que lavar lo antes posible nuestra moto para que no corrosione ningún elemento.
Y un último consejo: Tened cuidado con las farolas, los semáforos, los árboles y cualquier otro sitio en el que se acumule nieve y después pueda caer de golpe al suelo. No nos vaya a caer encima o al lado y nos tire al suelo.
Disfrutad del fin de, aunque llueva, truene o nieve, os esperamos a todos la semana que viene.