La semana pasada os hablamos de la necesidad de realizar mantenimientos periódicos en nuestro vehículo, ahora en invierno, para prevenir posibles averías derivadas del frío y del hielo; pero también cuando lo marque el fabricante, según el modelo y las características de nuestro coche. Elegir el taller, a veces, puede suponernos verdaderos quebraderos de cabeza, sobre todo, si no se trata sólo de un simple mantenimiento, sino de una avería inesperada. ¿Cómo elegir el taller? ¿Qué podemos exigirle? ¿Cuánto pueden tardar en realizar la reparación? ¿Por qué debemos guardar todas las facturas y órdenes de trabajo del taller?
Lo primero, es buscar siempre un taller con licencia. En España hay más de 40 mil talleres legales autorizados por la Consejería de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo. Tienen un distintivo con el que podemos reconocerles: una placa metálica cuadrada, de 48 cm de lado, con los cuatro vértices redondeados y el fondo azul. Está compuesta por tres franjas verticales. La primera, con iconos que representan la actividad del taller: mecánica (dibujo de una llave inglesa), electricidad (una flecha quebrada, parecida al dibujo de un rayo), carrocería (un martillo) y pintura (una pistola de pintar).
En la parte izquierda de la segunda franja, la parte intermedia de la placa, se recogen los símbolos que determinan las áreas de especialización del taller. En esa misma fila, a la derecha, si aparece la silueta de una motocicleta es porque el taller las repara.
Por último, en la parte baja de la placa aparecerán las siglas de su provincia, el contraste y el número en el Registro Especial.
Una vez elegido el taller, antes de que reparen la avería debes pedir presupuesto por escrito. Pide siempre que te den un presupuesto cerrado, nada de aproximado, para evitarte sorpresas indeseadas y poder comparar con precisión otros presupuestos en otros posibles talleres.
¡Ojo! Cuando te indiquen que marques, en el resguardo de depósito en el taller, la casilla de “Renuncio a presupuesto por escrito”. No es nada recomendable hacerlo.
Cuando dejes el coche, solicita siempre el resguardo de depósito en el taller, con el podrás acreditar la entrega de tu vehículo para la revisión o reparación. Es recomendable que en él marquen, posibles golpes o deterioros que tenga ya nuestro automóvil, para poder reclamar, si al recogerlo, vemos algún nuevo daño o si surge algún incidente inesperado.
Asegúrate de que no hagan más que lo ha acordado, sin consultarte. Puedes decir que paren hasta que tú lo veas o que te envíen alguna foto o vídeo de la nueva incidencia en la reparación.
Si no te convence, puedes consultar con otro taller y contrastar la información.
En el presupuesto tiene que figurar de forma visible el precio por hora de mano de obra y el coste de las posibles piezas a sustituir.
Muchos talleres tienen carteles con los precios cerrados de las posibles reparaciones que realizan, así como el precio mano de obra en cada reparación. Esto denota transparencia y buen hacer del taller.
Si tras la reparación de una avería, ésta volviera a surgir, llévalo al taller y pide que te entreguen una orden de trabajo. Si tras tres entradas en el taller, la avería se sigue repitiendo, podrás reclamar una indemnización. Sólo necesitarás las órdenes de trabajo y, si te es posible, un informe pericial que acredite que la avería sigue repitiéndose.
Si no estás conforme con el servicio, pide la hoja de reclamaciones. Si te dicen que no te la dan porque no tienen, acude a la policía a denunciar.
En cuanto al tiempo del que dispone el taller para arreglar la avería, la ley no fija un límite de tiempo para la reparación, pues de ello depende la complejidad de la avería. El taller debe advertirte antes de depositarlo, el plazo aproximado en el que estará tú vehículo. No obstante, si el taller ha prolongado la reparación en exceso, puedes reclamar una indemnización por los daños y perjuicios ocasionados al no disponer de tu vehículo (art. 14.8 Real Decreto 1457/1986).
Hay talleres que ofrecen vehículos de sustitución a sus clientes, pero es una atención que cada taller decide prestar o no y que repercutirá en la mejora de la experiencia y satisfacción del cliente, pero que la ley no obliga a ofrecer.
Para finalizar, sólo decir que cada reparación o elemento revisado tiene su propia garantía, normalmente, tres meses o dos mil kilómetros. Si el arreglo de la avería se hace dentro del período de garantía, éste pasa a ser de seis meses, que se aplican a lo que reste de la garantía legal.
Debemos guardar siempre las facturas con los trabajos realizados. Si una avería mal reparada provoca otras averías posteriores, podremos reclamar presentando dichas facturas.
Si nuestro coche dejara de fabricarse, el fabricante está obligado a disponer de piezas durante los siguientes cinco años. La instalación de otro tipo de componentes puede suponer una indemnización por daños y perjuicios al cliente. Sólo si nosotros, como clientes, lo autorizamos, se podrán utilizar piezas reconstruidas y tendrán también garantía.